Matrioskas de Cerámica en verde
Las matrioskas de porcelana surgen de la necesidad de crear un objeto decorativo a la vez que funcional. Siempre me han gustado estas muñecas como elemento de decoración y me parece un juego muy divertido que se puedan guardar unas dentro de otras.
Para mi reinterpretación de las matrioskas rusas, cambié la típica madera con la que se fabrican por mi elemento, la porcelana.
Para mi reinterpretación de las matrioskas rusas, cambié la típica madera con la que se fabrican por mi elemento, la porcelana.
Matrioskas en verde. Mi pequeño homenaje a Japón.
Esta segunda línea de matrioskas está decorada con un esmalte verde con motas granates. Este esmalte verde se asemeja a los celadones, muy utilizados en la cerámica japonesa.
Cuando desarrollaba el proyecto de las matrioskas, estuve investigando sobre ellas y mi sorpresa fue descubrir que estas muñecas tradicionales rusas pueden tener origen en la artesanía japonesa.
Parece ser que a finales del siglo XIX, un pintor ruso diseño las primeras matrioskas inspirado por unas muñecas japonesas, que representaban a los siete dioses de la fortuna. Él las dibujó como campesinas e hizo que encajaran unas dentro de otras siguiendo una tradición rusa ya aplicada a otros objetos. El mismo año que estuve trabajando en mis matrioskas de porcelana, viajé al país nipón. Como soy una apasionada de mi trabajo, visité centros de cerámica de Tokio y Kioto, donde descubrí el esmalte celadón.
Parece ser que a finales del siglo XIX, un pintor ruso diseño las primeras matrioskas inspirado por unas muñecas japonesas, que representaban a los siete dioses de la fortuna. Él las dibujó como campesinas e hizo que encajaran unas dentro de otras siguiendo una tradición rusa ya aplicada a otros objetos. El mismo año que estuve trabajando en mis matrioskas de porcelana, viajé al país nipón. Como soy una apasionada de mi trabajo, visité centros de cerámica de Tokio y Kioto, donde descubrí el esmalte celadón.
“En Japón me recorrí casi todas las galerías y museos de cerámica y encontré muchas piezas decoradas con celadones, verdes, turquesas, craquelados... Me enamoré de estos esmaltes.”
Cuando volví a casa, decidí crear esta segunda línea de matrioskas de porcelana. Rebusqué en mi cuaderno de esmaltes y encontré una antigua receta de celadón con motas granates, que me había dado un profesor de la Escuela de Cerámica de Madrid. Utilizando este esmalte tradicional del país asiático en mis muñecas, he querido devolverle a la matrioska rusa su “origen” japonés.
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